Organizaciones ecuatorianas, solicitaron al actor Brad Pitt
que se abstenga de filmar una película sobre un supuesto fraude contra
la petrolera estadounidense Chevron, condenada en el país a pagar 9.500
millones de dólares por contaminación ambiental en la Amazonía.
Según el Comercio de Ecuador, el pedido es impulsado en la página change.org y forma parte de la campaña internacional denominada #BradDoTheRightThing (Brad haz lo correcto), que busca recolectar firmas para disuadir a la estrella de Hollywood.
En una carta dirigida al actor se menciona que el libro "La Ley de la Jungla", de Paul Barret, hace referencia a un supuesto fraude contra Chevron, en un juicio planteado por indígenas y pobladores amazónicos ante cortes nacionales.
"No produzcas una película con este libro, no permitas que otros tengan la oportunidad de hacerlo tampoco. Sabemos que vas hacer lo correcto y que te asegurarás de que estas mentiras jamás lleguen a la pantalla grande", solicita la carta.
Cabe mencionar que la petrolera tilda de fraudulento e ilegítimo el fallo y sostiene que Texaco (adquirida por Chevron en 2001) cumplió con la reparación que le correspondía y que el daño fue generado por la estatal Petroecuador, con la que su filial operó en consorcio
Según el Comercio de Ecuador, el pedido es impulsado en la página change.org y forma parte de la campaña internacional denominada #BradDoTheRightThing (Brad haz lo correcto), que busca recolectar firmas para disuadir a la estrella de Hollywood.
En una carta dirigida al actor se menciona que el libro "La Ley de la Jungla", de Paul Barret, hace referencia a un supuesto fraude contra Chevron, en un juicio planteado por indígenas y pobladores amazónicos ante cortes nacionales.
"No produzcas una película con este libro, no permitas que otros tengan la oportunidad de hacerlo tampoco. Sabemos que vas hacer lo correcto y que te asegurarás de que estas mentiras jamás lleguen a la pantalla grande", solicita la carta.
Cabe mencionar que la petrolera tilda de fraudulento e ilegítimo el fallo y sostiene que Texaco (adquirida por Chevron en 2001) cumplió con la reparación que le correspondía y que el daño fue generado por la estatal Petroecuador, con la que su filial operó en consorcio