La cantante Janet Jackson y su marido Wissam Al Mana están tan felices por la llegada de su primer hijo en común, al que han llamado Eissa, como implicados en la tarea de garantizar que el pequeño no se ve abrumado por el entusiasmo que ha generado su nacimiento entre los más allegados a la pareja, lo que explica que la hermana del malogrado Michael Jackson no haya dudado en restringir de forma estricta cualquier tipo de acceso a su bebé.

"Janet y el niño se encuentran perfectamente, sobre todo porque han contratado a varios asistentes que se encargan de ayudarla a ella y a su marido en todo lo que tiene que ver con sus cuidados. Aunque se siente bendecida por la llegada de un bebé tan sano y por el hecho de haber contado con los mejores médicos, no se olvida de lo difícil que fue su embarazo", reveló una fuente al portal de noticias E! News, antes de hacer referencia al celo con el que Janet trata de mantener a Eissa al margen del revuelo que gira en torno a él.

"Janet está emocionada de ser por fin mamá, pero trata de gestionarlo todo con calma y por eso solo unos cuantos privilegiados han podido ver a su bebé por el momento", apuntó el citado informante.

A diferencia de otras estrellas de la música que se preparan para volver al trabajo pocas semanas después de dar a luz, Janet Jackson no tiene por el momento intención alguna de recuperar la forma física previa a su embarazo y, menos aún, dedicar parte de su tiempo a cualquier otra actividad que le obligue a alejarse momentáneamente de su adorado hijo.

"Janet está encantada, enamorada de su bebé, y por eso aprovecha cada minuto para estar con él, que es lo que de verdad quiere ahora. Evidentemente en algún momento retomará sus entrenamientos, pero ahora mismo no tiene ninguna prisa. Se tomará su vuelta al trabajo con mucha calma", indicó el confidente.